jueves, 31 de enero de 2019
Uso de los acentos
El acento
Reglas de las tildes
El acento es la mayor intensidad o fuerza de voz con que se pronuncia determinada sílaba de una palabra.
El acento puede ser prosódico, o sea, el que no se escribe, u ortográfico (tilde) que es el signo que se coloca sobre la vocal que lo lleva.
Clasificación de palabras según el acento
Según el lugar donde está ubicada la sílaba tónica, las palabras se clasifican en:
- Palabra llana o grave, que carga el acento en la penúltima sílaba.
- Palabra aguda, que carga el acento en la última sílaba.
- Palabra esdrújula, que carga el acento en la antepenúltima sílaba.
- Palabra sobresdrújula, que carga el acento en la anteantepenúltima sílaba.
Reglas de las tildes
Para saber dónde y cuándo colocar el acento ortográfico, la tilde, se siguen las siguientes reglas:
- Llevan tilde las palabras agudas de más de una sílaba, terminadas en vocal, en n o en s.
Ejemplos: avión, sofá, sofás - Llevan tilde las palabras graves terminadas en cualquier consonante que no sea n ó s.
Ejemplos: útil, apóstol, pobre, muelle - Llevan tilde todas las palabras esdrújulas y sobresdrújulas.
Ejemplos: ártico, científico, lámpara, antipático - Llevan tilde todas las palabras graves terminadas en dos vocales, seguidas o no de n ó s, cuando la primera de dichas vocales es débil (i ó u) y sobre ella carga la pronunciación.
Ejemplos: moría, policía, actúes, manías
Favor notar la regla general de no tildar los vocablos llanos que finalizan en diptongo o en dos vocales fuertes, vayan o no seguidas de n ó s final.
Ejemplos: mareo, patio, paseo, correspondencia, malicia - En caso de palabras agudas en las que se encuentren una vocal fuerte con una débil acentuada, esta última llevará tilde.
Ejemplos: maíz, Paúl, Raúl, baúl - Las palabras que terminan en una vocal débil como i ó u seguidas de un diptongo y de una s final, llevarán tilde en la vocal débil si sobre ella cae la fuerza de la pronunciación.
Ejemplos: seríais, daríais - Cuando corresponde poner un acento ortográfico a una sílaba que contiene un diptongo, se tildará la vocal fuerte a, o, ó e. En caso de que las dos sean débiles o se tildará la segunda para no destruir el diptongo.
Ejemplos: subiréis, huí - Los infinitivos en -uir se escriben sin tilde, pero la llevarán los infinitivos terminados en -eir, -oír.
Ejemplos: destruir, sonreír, desoír - Las palabras compuestas que se escriben separadas por un guión, conservarán las mismas tildes que les corresponderían si fueran escritas como palabras simples.
Ejemplo: clínico-obstétrico - Cuando un vocablo simple entra a formar parte de un compuesto como primer complemento del mismo, se escribirá sin el acento ortográfico que como simple le habría correspondido.
Ejemplos: inútil inutilizar
Excepciones: Se exceptúan aquellos compuestos terminados en -mente.
fría fríamente
cortés ortésmente - Las palabras agudas terminadas en -ay, -ey, -oy, -uy se escriben sin tilde.
Ejemplos: Paraguay, buey, Monroy - Los monosílabos sólo se tildan para diferenciarlos gramatical y funcionalmente cuando existen palabras de una sola sílaba que dependiendo de la tilde tienen distintos significados. El acento que se usa para hacer esta distinción se llama acento diacrítico.
Ejemplos: el y él, tu y tú, de y dé, mas y más, etc.
Se deben considerar como excepciones las palabras guión y truhán, las cuales son monosílabos y se tildan. - La conjunción o se tilda cuando va entre cifras y cuando va entre letras solas.
En el primer caso para evitar la confusión de la o con el cero, y en el segundo caso para no incluir la letra o entre la lista de letras.
Ejemplos: 1 ó 2 b ó v - Los tiempos de los verbos conjugados que terminan con un enclítico (forma del pronombre que se le añade al verbo y que funciona como complemento de él) conservan la tilde que llevaban originalmente.
Ejemplos: cedió / cedióle, pagó / pagóles
Cuando de la conjugación resultaran palabras esdrújulas o sobresdrújulas, es necesario tildarlas.
Ejemplos: pidiendo pidiéndoles
suprime suprímelo
Proceso de Comunicación
La comunicación consiste en la emisión y recepción de mensajes entre dos o más personas o animales. Quienes se comunican buscan aportar y obtener información acerca de un determinado asunto.
Se conoce como proceso comunicativo, por lo tanto, al conjunto de actividades vinculadas a este intercambio de datos. Dicho proceso requiere de, al menos, un emisor y de un receptor. El emisor envía ciertas señales (un texto escrito, palabras, un gesto) para difundir un mensaje; cuando estas señales llegan al receptor, éste debe decodificarlas para interpretar el mensaje. El proceso contempla una “devolución” del mensaje, a través de la cual el receptor se convertirá en emisor, y viceversa.
En el marco de este proceso comunicativo, el emisor y el receptor comparten un código (una combinación de reglas y de signos que permiten la concreción de la comunicación) y apelan a un canal para transmitir el mensaje (el medio físico: desde al aire hasta un papel, pasando por un soporte digital). Si el proceso se ve dificultado por algún motivo, puede decirse que existe un ruido en la comunicación.
El proceso comunicativo más complejo es el que desarrollan los seres humanos. En este caso, la comunicación comienza con una actividad psíquica: el mensaje surge del pensamiento y se plasma a través del lenguaje. En el desarrollo de la comunicación, entran en juego las habilidades psicoanalices del individuo para comunicar.
Un ejemplo de proceso comunicativo se lleva a cabo cuando un hombre toma el teléfono y llama a un amigo para desearle un feliz cumpleaños. El hombre que llama se coloca, en primera instancia, en el rol de emisor y utiliza el teléfono como canal. Cuando el receptor lo escucha y contesta, pasa a ser el emisor. De este modo, a lo largo del proceso comunicativo, ambas personas intercambiarán sus roles en numerosas oportunidades.
El contexto es uno de los elementos principales del proceso comunicativo, aunque a menudo se pasa por alto su importancia. Se trata de todos aquellos sucesos y circunstancias que pueden afectar al emisor y al receptor cuando el mensaje está siendo emitido o interpretado, con la consecuente alteración de su significado.
Los componentes del contexto son los mensajes que hayan tenido lugar antes del actual y los siguientes (que en conjunto se denominan contexto lingüístico), el tiempo, el espacio y las circunstancias socioculturales en las cuales tiene lugar la comunicación, o sea la educación y la cultura de los interlocutores así como cualquier acontecimiento ajeno al proceso comunicativo que pueda afectarlo de una u otra forma y que determine la adecuada interpretación del mensaje.
En otras palabras, no es posible aislar un mensaje de su contexto, ya que éste lo afecta antes de su creación, durante su emisión y a la hora de ser interpretado. Ciertos temas que no se trataban en público hace unas décadas por cuestiones de prejuicios sociales forman parte de las conversaciones más comunes de la actualidad, y pueden ser comprendidos gracias al avance sociocultural y a las herramientas que recibimos en el intercambio cotidiano de información, a diferencia de lo que habría sucedido en dicho tiempo pasado.
Cabe señalar que el proceso comunicativo depende de más factores que sus elementos constitutivos. El tipo de relación que exista entre el emisor y el receptor, el interés que haya de ambas partes en los temas a tratar y la voluntad que cada uno tenga en desempeñar su rol con efectividad. Del mismo modo, la comunicación puede evolucionar y pasar por diferentes fases cuando los resultados son satisfactorios: un mensaje que comienza siendo oral puede dar lugar a uno gestual, sonoro, visual o escrito, y trascender en tiempo y espacio.
Encuesta
Cada mexicano lee en promedio un libro cada tres meses. En México se leen 3.8 libros al año por persona. Los materiales de lectura consultados con mayor frecuencia por los mexicanos son 1. libros de texto o escolares, 2. periódicos y 3. páginas, foros o blogs digitales, de acuerdo con el Módulo sobre Lectura (Molec) del Inegi para el 2018.
¿Cuánto leen las mujeres?
Las mujeres son quienes leen más libros en México. 5 de cada 10 mujeres leen por lo menos un libro al año, mientras que 4 de cada 10 hombres lee por lo menos un libro al año. Los hombres leen más periódicos y artículos en internet.
¿Cuánto tiempo se dedica a la lectura?
Cada vez que un habitante toma un material escrito dedica en promedio 39 minutos continuos a leerlo. La población sin educación primaria y secundaria dedica 29 minutos por sesión de lectura; los que estudiaron preparatoria dedican 34 minutos y quienes tienen educación universitaria o más leen 49 minutos cada sesión.
¿Cuál es la velocidad de lectura?
En México 1 de cada 10 lectores dijo que su velocidad de lectura es lenta, 5 de cada 10 afirmaron que es regular, 3 de cada 10 que es medianamente rápida y sólo 1 de cada 10 dijo que su lectura es muy rápida. Esta tendencia se mantiene en hombres y mujeres de todos los grupos de edad.
¿Los mexicanos comprenden lo que leen?
Sólo 2 de cada 10 lectores comprende totalmente el contenido que leyó. 6 de cada 10 dicen que comprendieron sólo una gran parte y 2 de cada 10 dijeron que comprenden sólo la mitad o muy poco de lo que leen. Pese a ello, solamente 37.6% de la población consulta fuentes como diccionario, enciclopedia o internet para fortalecer la comprensión lectora.
¿Qué libros leen los mexicanos?
De la población lectora exclusivamente de libros la mayoría lee libros de literatura (40.8%). Otras temáticas que se leen en este rubro son libros académicos o de uso universitario (33.6%), libros de superación personal, autoayuda o religión (28.2%), libros de cultura general (23.4%) y manuales, guías o recetarios (7.5 por ciento).
¿Por qué leen los mexicanos?
La mayor parte de las personas en México leen por entretenimiento (38.2%), los requerimientos escolares, científicos o técnicos son la segunda razón predominante (26.8%), por bienestar o salud también leen en el país (23.2%) y sólo 2 de cada 10 habitantes lee por cultura general (20.9 por ciento).
¿Papel o digital? ¿Qué formatos de lectura se prefieren?
De cada 10 mexicanos 8 prefieren leer libros impresos que digitales, en las mujeres esta tendencia se profundiza, 9 de cada 10 se inclinan por leer el material en formato físico. Sin embargo, la lectura digital ha aumentado significativamente, creció al doble en sólo 3 años. En el 2015 sólo 2.1% de los lectores tenía preferencia por el formato digital y para 2018 esta cifra fue de 10.7%, de acuerdo con datos del Molec del Inegi.
Las escuelas fomentan más que la familia el hábito de la lectura
La mitad de la población aseguró que sus padres o tutores no tenían el hábito de leer por lo cual no se estimuló su interés por la lectura. En México 7 de cada 10 personas dijo que sus padres o tutores no tenían la costumbre de leerles algún texto en la infancia y 3 de cada 10 no fue incentivado a leer porque su familia no solía llevarlo a bibliotecas o librerías.
El estímulo para la lectura provino mayormente de las escuelas. 2 de cada 10 (16.0%) personas recibió incentivos y actividades que fomentaban su hábito de leer en su trayectoria académica. Mientras que sólo 7.0% de la población tenía este tipo de estímulos en casa.
Y los que no leen, ¿por qué no leen?
Aunque los mexicanos reciben algunos estímulos para aumentar sus niveles de lectura, la mitad de los habitantes aseguró que no tiene tiempo suficiente para dedicar a leer. Al menos 1 de cada 4 dijo que no lee por falta de interés y porque no les gusta la lectura y 1 de cada 10 afirmó que no lee porque prefiere realizar otras actividades.
Entre los libros más recientes que he leído está el de Mercedes D’Alessandro, sobre la desigualdad económica entre hombres y mujeres. ¿Y tú? ¿Qué estás leyendo?
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