Y lo peor de todo es que Pedro Páramo, el caudillo, el jefe de la tribu, solo es marginalmente peor que cualquiera de sus súbditos, lacayos y esclavos. Tan solo una pizca de suerte (aunque sea mala) y de arrojo le diferencia del resto y le ha garantizado su estatus.
Y lo mejor de todo es que el adjetivo miserable no es en ningún momento despectivo. Dudo mucho que cualquiera sea mucho más noble que los personajes de la novela. Simplemente ocurre que la miseria y la superstición son generadores de basura sin más. Y como se pone de manifiesto, todos estos ruines personajes no por ello dejan de ser humanos con sus sentimientos y sus sueños.
Además el libro consigue transmitir perfectamente los olores, sabores, sentimientos y supersticiones de esa irreal Comala a su vez tan real.
La novela, (casi un cuento largo), se articula en base a dos historias superpuestas (esto es evidente en la tercera hoja), la de Juan Preciado, hijo bastardo de Pedro Páramo y la de Pedro Páramo propiamente dicha. Y a través de ellas se describe Comala. Los problemas que existen son:
+ Fundamentalmente en la historia de Juan se hace empleo de un recurso del realismo mágico que siendo plásticamente perfecto y ajustado a la historia, la enredan bastante.
+Fundamentalmente en la historia de Pedro, se utiliza una estructura no lineal con saltos temporales continuos.
Total que al final es prácticamente imposible seguir de forma natural la historia. El libro casi te obliga a leer con un cuaderno de notas al lado, o saltando de adelante a atrás para recordar quien era tal y cual y que había hecho o dejado de hacer. (O a leerte el libro dos veces seguidas). De verdad, en algunos momentos da la sensación de que más que un libro es un pasatiempo dominical de lógica.
Juan Rulfo . (1955). Pedro Páramo . México : Fondo de Cultura Económica .
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