miércoles, 1 de mayo de 2019

Ernesto Sabato: la ceguera metafórica



ABRIL 28, 2019
Karen Villeda

Ernesto Sabato: la ceguera metafórica

A ocho años de la muerte de Ernesto Sábato, este texto hace un homenaje al autor argentino recordando su obsesión con la pérdida de visión.

Larga vida es la que tuvo Ernesto Sabato. Murió el 30 de abril de 2011, a los casi cien años de edad. Le tocó la transformación de Argentina. Fue testigo de la terrible dictadura, presidió la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas y, en 1984, mismo año que recibió el Premio Cervantes, entregó la investigación Nunca más, que llevó a las juntas militares a juicio.

Nunca más se conoce también como Informe Sábato, pero mi informe favorito del escritor argentino es el dedicado a los ciegos: “¿Cuándo empezó esto que ahora va a terminar con mi asesinato? Esta feroz lucidez que ahora tengo es como un faro y puedo aprovechar un intensísimo haz hacia vastas regiones de mi memoria”. El que escribe es Fernando Vidal Olmos, un hombre desalmado que insiste en la existencia de la Santa Sede de los Ciegos, que trama un complot para destruir al mundo. ¿Los responsables? Personas ciegas. La clave del texto es la dualidad humana (a partir de la decadencia de un hombre, Vidal Olmos). La ceguera en Sabato puede considerarse una metáfora de lo que nos esclaviza –esta idea la expone con más profundidad en Hombres y engranajes a partir de cómo progreso tecnológico nos supera–.

 Ilustración: Oldemar González

El “Informe sobre ciegos” forma parte de Sobre héroes y tumbas. Estoy releyendo esta novela y han pasado veinte años desde la primera vez. Mi ejemplar de segunda mano no es la misma edición de ese entonces. La Biblioteca Estatal Miguel N. Lira de Tlaxcala contaba con este libro de Ernesto Sabato únicamente para préstamo domiciliario. ¿Cómo llegué a él? Supongo que fue mi necedad de ir más allá de la narrativa de Jean Paul Sartre y Albert Camus. No estoy segura, pero me atrevo a afirmar que algún sitio de GeoCities, con un primitivo diseño de fondo negro con letras en amarillo chillón, debió preséntarmelo. Conociéndome o conociendo a la Karen de trece años lo más seguro es que leyera una frase que me impactó de tal manera que no pudiera sacarla de mi cabeza: “Es digno de ser meditado el hecho de que, cada vez que es posible, el hombre elimina apresuradamente el infinito” o “El hombre es conservador. Pero cuando esa tendencia se debilita, las revoluciones se encargan de renovarla”. Fue así que me convencí de buscar al también físico argentino entre los estantes de la biblioteca de mi terruño.

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